Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué
ni me viniste a buscar.
Tú estabas donde
no tenías que estar;
y yo pasé,
pasé sin querer pasar.
Y me viste y te vi
entre la gente que
iba y venía con
prisa en la tarde que
anunciaba chaparrón.
Tanto tiempo esperándote...
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué
ni me viniste a buscar.
Yo estaba donde
no tenía que estar
y pasaste tú,
como sin querer pasar.
Pero prendió el azar
semáforos carmín,
detuvo el autobús
y el aguacero hasta
que me miraste tú.
Tanto tiempo esperándote...
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué,
ni me viniste a buscar.
Hay canciones que nos dejan un temblor en el alma. Para mí, ésta es una de las más bellas canciones de amor de todos los tiempos. Música y palabra se unen de manera mágica, por eso hoy consideré que merecía un lugar en estos Cuadernos. Juro que ha sido por puro capricho del azar.
Mª José Vergel Vega