Cada vez que nos metemos en campaña, me viene a la mente
la figura de aquel Señor Cayo delibiano cuyo voto se disputaban los políticos
de unos colores y otros.
Cuando estos maestros de la oratoria
entran de verdad en harina, y estamos en época de ello, les da por
“arremangarse” y hacer cosas que ni en sueños
hubieran imaginado verse en tales
bretes. Y como deben pensar que el
refranero, amén de ser sabio, da buenos consejos, pues allí donde van nuestros
políticos de la legua , muy cómicos ellos, hacen lo que ven. Así que, ya sea
por seguir los cánones de la buena educación o por colgarse la medalla al
candidato más guay, lo que es cierto es que los aspirantes a alcaldables,
diputables, presidentables…se ponen el mandil y lo mismo te limpian un pescado,
que plantan el árbol que jamás habían plantado, que te cantan en inglés chulapo
la mismísima verbena de la paloma, oiga. Hay incluso quien se atreve a marcarse
un rap o una rumbita catalana que te alegran la vida de tal manera que luego no
sabes ni a quien votas, y qué me dicen de ese candidato que regala condones con
su carita con el consiguiente dilema de me lo pongo o no me lo pongo, para que
luego digan que los políticos no nos hacen pensar.
Y, por supuesto, lo mejor de lo
mejor, son los shows televisivos, cualquier político inteligente no declina la
invitación a pasar por el programa de moda entre los de su clase, El
Hormiguero. Visto lo visto, deben pensar
que quien no pase por el programa de Motos lo tiene crudo para que la gente lo
vote.
Resumiendo, que hacen tantas cosas,
se muestran tan desinhibidos, que ya hasta Don Mariano, nuestro plasmático
presidente, se anima a contar chistes y a montar en bici con corbata que se me
antoja el súmmum entre todos los súmmum.
Yo, aquí desde mi apartada orilla en esta isla desierta donde hasta las
cotillas de las caracolas me han traido sus chismes, que ya les vale, les aviso
de lo que puede pasar, pues la temporada de verano está al caer y con estas
cosas ya han abierto ustedes la veda para que cualquier Dj de poca monta se
fabrique un rebujito y con tanto caloret nos
ofrezca bien fresquitas sus sandeces en la verbena de turno y venga a
danzar como locos.