domingo, 3 de mayo de 2015

Mamás

Montaje de Lorena Cabello Vergel

Las mamás ponen en marcha la mecánica de la vida.
No hay fruto más perfecto que el que madura dentro del vientre de las madres.
Las mamás son árboles de hoja perenne, incluso cuando no están, nos siguen dando cobijo.
No hay cosa que te llene más de calma que sentarse a la sombra de una madre.
Las madres huelen a pan de pueblo, a flores del campo.
Las madres tienen sonrisas imborrables.
Las manos de las madres saben de la paciencia, de la calma, del trabajo bien hecho, de las caricias en el momento apropiado. Seríamos capaz de reconocer entre un millón las manos de nuestra madre.
Las madres son enemigas del hombre del tiempo, nadie como ellas para desbaratar ciclones, para hacer que escampe cuando  el aguacero persiste en calarte el alma.
Las madres no duermen, acechan. Una madre está siempre alerta y te avisa de todo: Te lo dije, hace tiempo que tienes una gotera de pena justo encima de tu cabeza…
Si las madres del mundo se unieran , el mundo no andaría tan loco.

Hay tantos tipos de mamás como puedas imaginar: hay mamás rubias, morenas, pelirrojas, las hay incluso que peinan canas y se ven hermosas. Unas mamás son altas, otras bajitas, unas hablan mucho, otras son las reinas del silencio…y todas tienen dos brazos para arreglarte el día con abracitos apretaos, tantos como sean necesarios…y llevan con ellas una fábrica de besos, porque las mamás tienen una boca que besa como ninguna…

Mª José Vergel Vega

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