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Foto de Lorena Cabello Vergel |
Nunca me
dejaron ser caracola, en la que encerrar para siempre las letras de tu nombre.
Lo nuestro
fue un amor a destiempo que tejió sus
hilos entre los charquitos en los que iban ahogándose los besos.
Una vez estuve llena de sueños que iban y
venían en las alas de las mariposas.
¡Ahí va la
loca- decían- a la que una vez prometieron la luna, la que escondía versos en
los bolsillos rotos!
A duras penas, la vida, sigue rodando entre las piedras.
A duras penas, la vida, sigue rodando entre las piedras.
Cuando cae
la noche y te recuerdo, hay peces de
frío bogando entre las nubes.
Mª José Vergel Vega
Seguro que los sueños supiste guardarlos, a falta de caracola, una cajita de galletas no está nada mal.
ResponderEliminarBellísimo
Besos
Guardados andan, amiga, que no está la cosa para tirar ni para perder sueños. Mil besos.
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