![]() |
Escultura al Amor Herido, Parque de María Luisa, Sevilla Foto Internet |
Préstame tu palabra a este lado del frío, y déjame decirte
que aún te quiero cuando la bruma oculta
los confines del mundo y el ojo de Dios acecha nuestros besos.
Te quiero cuando las hadas pierden la decencia, y su varita
no obedece a palabras mágicas.
Te quiero si me despierto al filo de tu boca. Te quiero
cuando el tiempo se me va entre los dedos, cuando eres pez que asciende la
corriente.
Te quiero entre las notas de un bolero, y por debajo de la
mesa, siento la presencia ausente de tus manos.
Déjame decirte que la vida se me está yendo, amor, y que cierro los ojos y me abandono al sueño
de inventarte.
Y acaso nunca hayas existido, acaso jamás nos dijimos: “Te
quiero”; acaso nunca fuimos uno al llegar la madrugada.
Y se me va la vida, amor, y encierro tus ojos entre los
pliegues de la almohada; porque el cielo es una gran mentira y no hay estrellas
que valgan; porque no hay palabras para apresar la sombra que me dejas.
Donde hay olvido y
fantasmas, sobran las palabras de amor.
Pero préstame, amor,
tu palabra a este lado del frío, y devuélveme la oportunidad de la alegría.
Se hace de noche …… ya
oigo el llanto de los pájaros.
Aunque tú no lo admitas, sé que vuelves cuando me puede el
sueño, porque hay una sombra en mi balcón que, cada mañana, me habla de tu
nombre.
Hay noches que doy con la pócima que me libra de tus ojos;
pero, cuando despierto en medio del frío
de la madrugada, siguen estando allí, como vigías eternos y descubro un hueco en mi costado por donde voy
perdiendo versos que siempre te
nombran…y no hay ni rastro de tu presencia en el silencio de los rosales o
entre el fragor de los naranjos.
Y la soledad es un pozo de aguas negras donde flota la
oscuridad del olvido…
Por los confines del sueño , una vieja desgreñada da vueltas
a un puchero y con la mirada fija en mis miedos, vuelve a contarme una
historia, que conozco muy bien, de una cueva
que, en los inviernos, engulle a
aquellos a los que abandonó el Amor y hace correr un torrente de sangre
blanquísima…
Todo es indicio de que va siendo hora de ser valiente y matar
el fantasma de tu nombre…te advierto que lo haré cualquier noche de éstas…
… y después caminaré siendo consciente de los pasos para dejar de desangrarme en las ausencias.
Mª José Vergel Vega
No hay comentarios:
Publicar un comentario