miércoles, 4 de febrero de 2015

Para la PAZ...vuelo de Mariposas.


Mis niños dicen que la Paz nos late en el lado izquierdo al compás del tictac del corazón. Nosotros  sabemos que la Paz es capaz de pintarnos el mundo de mil colores, de construir un arcoiris en la bóveda blanda del cielo.
La Paz es un día en el campo, el presagio del invierno en las hojas que caen, la esperanza cálida del verano.
Es también primavera y nos salpica de flores la pradera del alma.
Traemos para la Paz tres mil sabores: un sueño de manzanas chispeantes, el arrebato encarnado de las fresas, unos labios dulces como pulpa de mandarina; dulce de leche para la tristeza, milhojas de esperanza para el que no es capaz de ver la luz del sol, helado de limón para cuando el amor aprieta…

Repartimos para la paz dos mil pasiones, cuatro mil caricias, el amor de los padres, la inocencia de los hijos; una sonrisa grande que alumbre el camino, palitos de chocolate por si perdemos el rumbo, miguitas de la risa de quien es nuestro amigo y va a nuestro lado…
Traemos para la Paz millones de cantos: dulces notas de la brisa del mar escritas en el pentagrama del corazón; la canción húmeda de un paseo por la playa, el suave trinar de los pájaros cuando la tarde se pone del color de tus ojos, el rumor de un mar de espigas agitado por el viento, el lento batir de alas de mariposas amarradas a la cintura del eterno enamorado, el sonido dulce de las letras de un nombre que alguien dejó escrito en la arena…
Mª José Vergel Vega



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