De la misma Biblonia nos llegó este cuento en verso que pusieron en escena los más pequeñitos. En clase nos encanta poner en verso, con alguna que otra licencia, los cuentos clásicos. Os dejo este de Los tres cerditos . ¡Que lo disfrutéis!
Cuentos
llegan de Biblonia
que
es el país de los libros,
los
manda un duende pequeño
muy
amigo de los niños.
Biblonio
se llama el duende,
en
los cuentos vive escondido.
la
seño dice que es invisible,
por
eso no lo hemos visto.
Al
país de Biblonia
también
llega la navidad,
Biblonio
manda esta historia
que
te vamos a contar.
Éranse
que se eran
tres
lindos animalitos,
que
vivían en el bosque:
te
hablo de los tres cerditos.
Como
ya estaban muy grandes,
su
mamá les dejó dicho:
¡una
casa tenéis que haceros,
que
ya estáis creciditos!
El
mediano que era un vago,
mucho,
mucho protestó:
¡tú
te haces la casita,
porque
te lo mando yo!
Como
la casa era de paja,
mucho
no le aguantó;
en
cuanto vino el lobo
de
un soplido la derribó.
Llorando
desconsolado,
al
mayor de sus hermanos,
le
contó con mucha pena
aquello
que había pasado.
¡Déjame
que aquí me quede
que
llega la navidad,
y
en tu casita de madera
el
lobo no ha de entrar!
Pasa,
pasa, mi hermanito
que
comienza a refrescar,
y
galletitas con leche
nos
vamos a merendar.
Cuando
estaban merendando
el
lobo se presentó…
y
soplando…soplando…
otra
casita derribó.
Más
veloces que las balas
corrieron
los dos hermanos:
¡jopetas
con este lobo,
sin
casita nos ha dejado!
Iremos
a visitar
la
casa de nuestro hermano,
a
ver si el malvado lobo
por
allí no ha pasado.
El
más pequeño de todos
en
el huerto trabajaba:
¡hola,
hermanos, qué sorpresa!
¡bienvenidos
a mi casa!
Pasad,
pasad, hermanitos,
celebremos
la navidad,
que
esta casa el lobo malo
nunca
podrá derribar.
Sentaos
a la mesa
que
vamos a cenar.
¡cantemos
villancicos
que
ya es navidad!
¡Cantad,
cantad, cerditos,
que
pronto voy a entrar
y
ni el más duro ladrillo
a
mis pulmones se resistirá.
Y
el lobo sopló con fuerza,
muy
cansado estaba ya.
¡vaya
con el pequeñito,
a
este paso no voy a entrar!
Los
cerditos, mientras tanto,
no
paraban de cantar:
¡shhh…silencio,
hermanos, el lobo
quiere
en la casita entrar!
¡Tapemos
la chimenea!
¡no,
yo tengo un mejor plan!
una
olla en el fuego
pondremos
a calentar.
Y
cuando entre el lobo
en
ella se quemará.
¡pobre
culete, qué pupa!
¡el
médico lo curará!
Cansado
ya de soplar
por
la chimenea entró
y
en la olla el lobo
el
culete se quemó.
¡Ayudadme,
cerditos!
¡hacedlo,
por caridad!
nunca
más os haré daño.
¡haya
entre nosotros paz!
Los
cerditos que eran buenos
lo
quisieron ayudar.
¡vale,
lobo, te ayudamos,
para
eso es navidad!
¡Ay,
mi culete, me duele!
¡curádmelo
por favor!,
por
eso los tres cerditos
avisaron
al doctor.
Vino
el doctor a casa
y
cuando al lobo curó,
una
gran fiesta dijeron
que
allí se celebró.
¡Y
colorín, colorado
este
cuento terminó;
y
a todos os decimos:
¡aplaudid
si os gustó!
Mª José Vergel Vega
Estupendo, me ha encantado. Para este año me llega tarde, pero quizá para las próximas Navidades, si me das permiso, haga una adaptación para que lo representen los peques.
ResponderEliminarDe momento, te mando por FB algunas sugerencias que espero no te desagraden.
Un abrazo.