Por las aguas de la tarde
Adrián va navegando,
cuando escucha a un marinero
que al viento le va gritando:
_¡Adrián, asómate a la proa,
que llegará una canoa
en la que navega Alberto
que es un niño muy despierto!
Cuando ya clarea el día
se despierta Ana María,
que a César ve a lo lejos
mirar con su catalejo.
_¿Aquel que viene en bajel,
no es el marino Ezequiel?
_Según dice el catalejo,
parece el pirata Héctor,
que viene con Isabel
a bordo de un buque inglés.
En cuanto ha llegado Izan
al capitán avisan:
_¡Debéis de tener cuidado
porque el mar está enfadado!
_¡Arría las velas, tú,
le dice a Manuel Jesús,
que se acerca una tormenta
_Mi capitán, ¡ya estoy harta!
dice la pirata Marta:
me encuentro muy mareada,
será por la marejada.
El grumete Miguel Ángel
se presenta en un instante,
y le dice al capitán
que de allí deben zarpar.
_¡Rápido, todos a proa,
dice la pirata Noa!
_¡Vamos, ponte en marcha, Paula,
y mete el loro en la jaula!
Ya reman todos a una
y los sorprende la Luna.
En cubierta gira y gira
la bailarina Yadira:
_Si miramos a la Luna,
ella nos dará fortuna.
Todos miraron al cielo
buscando en aquél consuelo.
La Luna les hizo un guiño
porque le chiflan los niños.
Les lanzó un hilo de estrellas
y fueron detrás de ella.
A puerto muy de mañana
los marineros llegaban,
y una nota plateada
tenían en su almohada:
“Poned siempre mucho
empeño
en creer en vuestros
sueños”
Mª José Vergel Vega
Tierno y entrañable como la poeta misma.
ResponderEliminarBesos.