miércoles, 12 de marzo de 2014

El alma de Gepetto

Fachada de una librería en Urueña (Valladolid)
Hubo una vez un carpintero tan lleno de bondad que, un buen día, puso su alma en un muñeco de madera…
Como había sido creado con tanto amor, un Hada Buena sembró en su pecho una semilla de luz, de la que brotó un corazón de verdad…
El pequeño Pinocho, despertó a un nuevo mundo…pero ¡jopetas, todo era demasiado complicado!
Y como no tenía mucha experiencia, y se dejaba llevar  por los malos consejos, a veces, ¡le crecía la nariz! ¡Qué le vamos a hacer…traía ese defectillo de fábrica!
¿Queréis que os confiese un secreto? ¡Pero… me tenéis que prometer que no se lo diréis a nadie!
Pues…cuando era pequeña, cada vez que decía alguna mentirijilla me tocaba la nariz…por si acaso…porque mi abuela, que es muy sabia, me contaba que a veces, los cuentos se hacen realidad, igual que los  sueños…


Mª José Vergel Vega



2 comentarios:

  1. Jajaja. La verdad es que no te imagino contando mentiras, pero quién sabe, quizá sean tan buenas que pasan desapercibidas y nos las creemos todas a pies juntillas.

    De todas formas lo importante es poner siempre el alma en lo que hacemos, y eso se te da muy bien.

    Besitos

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  2. No te creas, alguna mentirijilla decimos todos de vez en cuando, de esas que llaman piadosas, nada serio jeje.
    Besos.

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