domingo, 10 de marzo de 2024

Sembradoras de esperanza: Manifiesto 8M 2024

 


Estamos ante un nuevo 8 de Marzo que nos ofrece la oportunidad de volver a reivindicarnos como piezas claves en el funcionamiento del mundo. Y no podemos rendirnos.

Seguimos luchando por alcanzar la igualdad real. Desgraciadamente cada vez se va haciendo más tarde para terminar con la brecha de género. Tarde para solicitar que las sociedades del mundo abracen el feminismo como única forma posible- la mejor- para transformar las relaciones sociales, para lograr la igualdad real y para que cese cualquier tipo de discriminación y abusos contra las mujeres. Porque como dice Ana Bernal Triviño: “El feminismo salva y el machismo mata”.

Llevamos siglos luchando por la igualdad real entre mujeres y hombres. Todos y todas somos criaturas dignas de habitar este mundo, todos y todas deberíamos tener la capacidad de poder tomar decisiones sin ningún tipo de cortapisas.

No vamos a negar que se han alcanzado logros muy importantes, pero también somos conscientes de que nos queda mucho por conseguir. Son muchas las veces en las que el camino hacia la igualdad nos pone obstáculos que nos parecen insalvables,  muchas las veces que no podemos  con el cansancio de tanta losa echada a las espaldas y se nos pasa por la cabeza la idea de desistir.

Todos y todas somos conscientes de la veta de odio machista que se está generando en algunos sectores sociales y políticos, que tratan de levantar un muro de intransigencia y de intolerancia hacia las metas por las que ha luchado el feminismo y por las que, en definitiva, seguimos luchando.

Que no nos puedan ni el cansancio ni la intransigencia. Ni un paso atrás.

Pese a que sintamos agotarse nuestras fuerzas, os invitamos a seguir luchando por una sociedad más justa en la que la Igualdad sea una realidad, pues al fin y al cabo esta lucha no va de denostar a unos para encumbrar a otras, sino de que todos y todas estemos en el mismo nivel. La lucha feminista va de ser iguales. Hombres y mujeres somos personas que combaten la misma causa.

Llevamos andados muchos caminos para sacudirnos la maldición de ser ciudadanas de segunda, para conseguir que se respeten nuestros derechos de una manera real, para que se tomen en consideración nuestras valías, nuestros talentos, nuestras ilusiones, nuestras metas.

Nos reivindicamos, pese al silencio de siglos al que hemos sido sometidas, mujeres trabajadoras cuyo esfuerzo mueve el mundo. Mujeres dignas e iguales que los hombres, con todo el derecho de luchar por nuestros sueños. No tengáis la menor duda: si las mujeres avanzamos, el mundo avanza.

Nos acordamos hoy de las  mujeres , a las que de una manera u otra no se les permite salir a manifestarse este 8 de Marzo, a las que no se les permite celebrar que somos mujeres dignas y valientes.

Nos acordamos hoy de las mujeres  víctimas de violencia de género. A las mujeres se las sigue matando hoy por el mero hecho de serlo, se nos sigue violando, se nos sigue callando. Hoy nos manifestamos también por vosotras, por vuestro sufrimiento, y condenamos vuestras muertes injustas y crueles. En nuestros labios llevamos vuestros nombres.

Recordamos hoy a tantas mujeres que son el sostén de sus familias en medio de la crueldad de las guerras que asolan nuestro mundo. Vuestros nombres también están hoy con nosotras: mujeres de Ucrania, de Palestina, de Israel, de Burkina Faso, de Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria, Siria.

Nos acordamos de las mujeres en riesgo de exclusión social y de todas aquellas que nuestro mundo, cada vez más deshumanizado, no tiene en cuenta.

Que nadie nos arrebate el derecho de ser libres, de sentirnos libres y capaces de cambiar el mundo, para que éste sea un lugar amable en el que quepamos todos y todas. No caigamos en el desánimo, debemos seguir trabajando  para poner en valor todo aquello por lo que otras mujeres lucharon antes.

Decía Mary Wollstonecraft :”Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”. Eso es lo importante, sentirnos empoderadas, creer que somos capaces , que nuestro empeño nos llevará a alcanzar metas de justicia.

Que no nos paralicen ni el miedo ni el cansancio. Sigamos saliendo a las calles a gritar que somos marea y que en cada una de nosotras guardamos a todas y cada una de las mujeres. Una y todas en dulce armonía de sororidad.

En este 8 de Marzo, sigamos uniendo nuestros pasos, sigamos juntando nuestras manos para sembrar el feminismo de la esperanza.

Mª José Vergel Vega