sábado, 28 de marzo de 2015

Por el mar de la tarde ...(Tercera entrega)

Imagen de internet

No iban a ser menos mis niños de Educación Infantil, a los que cada día el duendecillo Biblonio les trae historias que deja, sigiloso, en su Caja Roja. Hoy, estos versos, alegres y rimados, pretenden llegar navegando a la mismísima Biblonia.

Por las aguas de la tarde
Adrián va navegando,
cuando escucha a un marinero
que al viento le va gritando:

_¡Adrián, asómate a la proa,
que llegará una canoa
en la que navega Alberto
que es un niño muy despierto!

Cuando ya clarea el día
se despierta Ana María,
que a César ve a lo lejos
mirar con su catalejo.

_¿Aquel que viene en bajel,
no es el marino Ezequiel?
_Según dice el catalejo,
parece el pirata Héctor,
que viene con Isabel
a bordo de un buque inglés.

En cuanto ha llegado Izan
al capitán avisan:
_¡Debéis de tener cuidado
porque el mar está enfadado!

_¡Arría las velas, tú,
le dice a Manuel Jesús,
que se acerca una tormenta
y hay que tenerlo en cuenta!

jueves, 26 de marzo de 2015

Breve reflexión sobre el desencanto


Quizá a todos nos interconecte de alguna manera la decepción ante el  mundo, o dicho de otra manera: somos quijotes luchando a brazo partido contra los molinos del desencanto.
Sucede que a veces pasamos por los lugares que habitamos sin fijarnos en quienes tenemos al lado. Si hablamos de dignidad, que la pidamos para nosotros y para el prójimo.
Si todas las circunstancias nos llevan a la interconexión, ¿por qué nos empeñamos en no querer saber nada los unos de los otros?
Para saber quiénes somos y qué pintamos en el lienzo del mundo, cada cual hemos de emprender nuestro particular descenso a las cloacas de la existencia, si no, no podremos confesar que hayamos vivido.
 Vivir es navegar hacia Ítaca, larga y pausadamente. Y pensar que por difícil que sea la singladura, y aunque nos sintamos marineros solos, siempre habrá algún faro que nos alumbre.
 Y  aunque cuando uno fracasa siente mucho frío, la vida consiste en atreverse, en echarle bemoles, por más que haya momentos en que  nos pese demasiado , como aquel abrigo de astracán.
Mª José Vergel Vega

martes, 24 de marzo de 2015

Por el mar de la tarde... (Segunda entrega)

Ésta está siendo una semana llena de versos . El poemita, rimado y alegre, que os dejo a continuación lo hice para inocular el virus maravilloso de la poesía a mis niños de Segundo Ciclo de Primaria a los que intento cada día animar a leer y a disfrutar con lo que leen. 


Por las aguas de la tarde
un barco va navegando,
a bordo  unos marineros
que los mares van surcando.

Nada más cerrar los ojos
comienza la singladura,
y en un barquito de nuez
vivirán mil aventuras.

¡Jony, asómate a la proa,
que parece que a lo lejos,
me lo dice el catalejo,
se divisa alguna cosa!

Corre que te corre Jony
se presenta de inmediato,
y al mirar al horizonte
ve saltar ¿un ballenato?

¡Nerea, asómate ,pronto,
creo que veo a Moby Dick!
¡Deja lo que estés haciendo
y corre presto hacia aquí!

-Nerea que está leyendo
muy tranquila en la cubierta,
deja el libro solitario
y corre a la proa, presta.

Aquel barquito de nuez
de pronto, se tambalea
y ambos los marineros
por el fondo del mar bucean.

Casi se quedan sin aire
y allá en el fondo del mar,
una sirena muy linda
los ha venido a buscar.

Dice llamarse Victoria,
es coqueta y muy valiente;
 les presenta al dios Neptuno
que no suelta su tridente.

sábado, 21 de marzo de 2015

Por el mar de la tarde...


Hay días que para una aprendiz de poeta no pasan inadvertidos. Uno de esos días es el  Día de la Poesía. Es preciso que en la Escuela reivindiquemos la poesía y que hagamos partícipes de ella a nuestros alumnos. Para que mis aprendices de poeta se zambulleran con gusto en el mar de los versos, una tarde, en la alfombra de los cuentos, les hice este humilde poema , rimado y alegre, en el que "¡salen ellos!".

Por las aguas de la tarde
Ainhoa va navegando,
cuando escucha a un marinero
que en el viento va gritando:

¡Ainhoa, asómate a la proa!
por allí verás a Alberto
que es un niño muy despierto.

Remando  viene Alejandro
que le gusta viajar en balandro.

Por el mar de la tarde larga
la calma llega con Carla.

¡Carlos Andrés! ¿Aquel  bajel
lo ves o no lo ves?
-Yo sólo veo a Celeste
que vive en el Suroeste.

¡Oh! ¿Qué es aquello que gira?
¿Será la bailarina Elvira?
¡Que venga el  Pirata Hugo
que a todo le saca jugo!

martes, 17 de marzo de 2015

Caminar para ser libres

Madre del Agua (Grimaldo) Foto de Mª José Vergel Vega

Por cuestiones técnicas no pude colgar estas humildes palabras que me vinieron a los dedos después de disfrutar de la ruta Cabezón-Grimaldo. Lo hago ahora y pido a mis compañeros disculpas por la tardanza.

Las rutas de los domingos por la mañana se están poniendo de moda irremediable y gratamente. Ya hemos programado unas cuantas desde la Asociación de Amas de Casa “María Inmaculada” de Torrejoncillo.  ¡Y las que nos quedan, porque se lo debemos a ese grupito “cincuentón”, y que no se me ofenda nadie, porque el adjetivo hace honor al número de personas que nos reunimos para andar los caminos sagrados  del domingo. Nada tiene que ver el calificativo con la edad de los caminantes, pues tenemos la dicha de contar con gente de todas las edades, incluso con dos locos bajitos y sus dos perritos.
Y es que cada vez somos más los que sentimos la llamada de nuestros campos, tan hermosos en cualquier época del año, incluso en invierno.
Serían innumerables las razones por las que uno tiene que probar la sensación de echarse a los caminos.
Por citar algunas, las que a servidora le enganchan, les diré que, al tiempo que  ponemos en forma el cuerpo, el corazón siente con mucha más intensidad, lo cual es muy bueno en los tiempos que corren.
Caminando se aprende a respetar a la naturaleza, que nos acoge siempre con sus mejores galas. Aprendemos a escuchar el canto de los pájaros, una de las mejores bandas sonoras que conozco, acompañados sus trinos con el titilar de las hojas con el viento. Cada vez que salimos al campo, disfrutamos de una sinfonía diferente, sólo hay que dejarse llevar y caminar como si nada importara, como si nunca fuera a llegar el lunes con sus malos modos .
A los aprendices de poetas se nos ocurren versos por el camino. Siempre hay algún duendecillo despistado o alguna musa que deja enganchada sus alas entre las ramas de los alcornoques. Cuando tropiezo con algún verso lo que hago es almacenarlo en la mochila; claro que a veces cuando llego a casa no están allí, tienen el defectillo de ser invisibles y escurridizos. Más de uno me ha dicho alguna vez que los vieron prendidos en las bocas de las hormigas, pero ese ya es cuento para otro día.