Un año más volvimos a reunirnos, cerquita de aquella Casa del Pueblo, donde muchos trabajadores y trabajadoras torrejoncillanos se dejaron seducir por la Cultura, por el deseo de saber, por la palabra, por la Libertad, por el entusiasmo y la valentía de creer en los sueños y perseguirlos, por dejar a nuestros pies una vida más fácil que la que ellos tuvieron.
Pero  la vida no es fácil, son muchos los  nubarrones que nos dejan exhaustos, que nos exprimen las fuerzas y nos instalan en el desaliento. Por eso, seguimos saliendo a las calles cada primero de Mayo, para reivindicar nuestro derecho a ser verdaderamente libres, convencidos de que nuestra fuerza es mantenernos unidos y sostenernos los unos a los otros.
Que nos pueda el no quedarnos callados, que no permitamos que nadie nos tape la boca: ¡Alma, compañeros , Alma! , rememorando la frase que don Manuel Cossío repetía a la maestra republicana María Sánchez Argós. Hay que trabajar con entusiasmo, poniendo el alma entera en todo cuanto hacemos. ¡Alma, compañeros, Alma! en cada paso que demos, a hollar caminos para pintar el mundo de esperanza.