lunes, 25 de abril de 2022

LIBROS, CAMINOS, DÍAS...

 





A veces, solo a veces, las cosas pasan como una se imagina.

Por fin, este 2022, ha sido el año en que hemos podido disfrutar de un Día del Libro que se ha estirado durante seis días intensamente vividos.

La Plaza Mayor y el bonito banco violeta que siempre nos espera a la puerta de la Casa de Cultura de Valdencín, nos sirvieron de escenarios para llevar las palabras, que otros habían escrito para nosotros, a la calle. Es hermoso ver cómo el viento las lleva de unos oidos a otros, y cada uno las va haciendo suyas a su manera.

En nuestro corazón, como un temblor de mariposa o unas cosquillitas de ala de libélula, se han quedado las historias que Margalida Albertí contó para chicos y grandes. Bichos, cuentos tradicionales,mitos, historias de otros tiempos perfumadas de tomillo y espliego y la eterna sonrisa de mamá Pepa que sabe mucho de lo narrado.

He de confesar que fue emocionante compartir tablas con los niños que leyeron y mostraron orgullosos sus relatos ganadores. La magia se palpa en un escenario lleno de niños. Todo lo impregna su frescura, esos nervios que les asoman a los ojos en forma de sonrisa, las manos temblorosas al coger el papel, la voz que, de repente, se va quedando muda hasta que de nuevo remonta y cascabelea en nuestros oídos.

Desde estas lineas quiero pedir disculpas por no haber estado con los niños y niñas de Valdencín y haber disfrutado con sus relatos. El ajetreo de estos días me pasó puntualmente factura y me impidió acudir a esta importante cita. A veces, solo a veces, una quiere y no puede.

Cecilia Bruno, educadora social comprometida profundamente con su profesión, llegó como el ángel que es, acompañada de un ser entrañable, su “Tía Esther”, a la que los usuarios del Centro de Día “María Libertad” no hacían más que gritarle “guapa, guapa”. Ambas hicieron que afloraran poemas y recuerdos. Ciertamente, como recalcaron estas dos mujeres hermosas, el libro más importante es el que escribimos cada uno con nuestra propia vida; es aquel que cuando la memoria se nos muestre cansada, ahí estarán otros para recordar lo vivido. La vida, el existir, ha de ser un camino compartido.

Con pan y vino se anda el camino”, dice un refrán castellano. En este caso, fue un aromático café y unos dulces hechos con manos amorosas, las de la Asociación Amas de Casa, los que acompañaron nuestra lectura en la Biblioteca Municipal. No hay nada como compartir viandas y lecturas en torno a una mesa. Que la palabra nos acompañe y nos guíe, que ella sea faro que nos alumbre en las zozobras cotidianas.

Un “Día del Libro” como mandan los cánones ha de tener, por fuerza, la presentación de alguna nueva criatura literaria. En esta ocasión, “El guardián del Prado”, vino de la mano de Juan Carlos Rivas, torrejoncillano de corazón afincado en Coria. Su presentación fue un alegato de amor hacia nuestro pueblo y sus gentes. Los allí convocados nos fuimos con su libro bajo el brazo, dispuestos a sumergirnos en una historia sobre mueseos, cuadros robados y el eco de la Guerra Civil latiendo entre sus páginas. Tan embebida estaba una en las palabras de Juan Carlos, que casi se me olvida entregarle el obsequio que ofrecemos a cuantos, altruistamente, pasan por nuestra Casa de Cultura:barro y dulces , esencia de lo que fuimos, somos y seremos en este bendito pueblo moldeado por las manos de los artesanos.

Y, como no podía ser de otra manera, pues aquí somos teatreros hasta decir basta, culminamos esta Semana del Libro 2022, con una comedia de enredos con música en directo: “El juego de los embustes”. Pese a ser vísperas de romería, hubo quien se acercó a disfrutar de cuatro alocados cómicos que tan pronto eran lo que decían ser, como dejaban de serlo y eran otra cosa. Merece extraordinariamente la pena acudir al teatro para que la cabeza se te llene de una algarabía de pájaros trinando aquí y allá.

Y presidiendo todos los actos, como embajadora de bienvenida a todos cuantos han querido acercarse por nuestra Casa de Cultura a disfrutar de esta semana llena de emociones, una exposición que nos ha envuelto en el halo misterioso del romanticismo a través de los evocadores versos de Carolina Coronado, a los que tan bien se adaptan los dibujos de Borja González y Alejo Bueno. Gracias al Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura por convertir nuestro hall en una sala de exposiciones abierta de manera gratuita a cuantos tengan a bien visitarla.

Gracias emocionadas a los que habéis hecho posible esta Semana del Libro que, sin duda, quedará allí donde cada cual guarde las cosas del querer.

Mª José Vergel Vega

jueves, 7 de abril de 2022

Pétalos, pétulos

 



A mis niños de 4 años les encanta rimar. Para celebrar el Día de la Poesía compuse este poema usando las aportaciones de los alumnos. Isabel, Leo, Zoe y Alejandro son unos poetas natos. Fue Alejandro, muy apañado él, quien puso el título: "Pétalos , pétulos".



Un poema de colores

nos ayuda a ser mejores.

En mi precioso jardín,

las flores salen sin fin.


¡Verde, que te quiero verde,

el que no rime, pierde!


Pétalos, pétulos traemos

que de rimas llenaremos.

De color rosa, ella se posa:

aquí esta la mariposa.


¡Verde, que te quiero verde,

el que no rime, pierde!


Morado llega con el viento,

he aquí Don Pensamiento.

¡No queremos flores negras,

nos recuerdan a la guerra!


¡Verde, que te quiero verde,

el que no rime , pierde!


El ratoncillo Pepillo

se pirra por el amarillo.

¡Sube pronto al naranjel,

no tardes mucho, Isabel!


¡Verde, que te quiero verde,

el que no rime, pierde!


¡Pintemos el cielo azul

como un vestido de tul!

Dibuja una nube blanca,

justo encima de la granja.


¡Verde, que te quiero verde,

el que no rime, pierde!


Aleja el gris de la tristeza,

¡sonríe, no te de pereza!

Pétalos, pétulos trajimos,

mucha rimas escribimos.


¡Verde, que te quiero verde,

el que no rime, pierde!


Mª José Vergel Vega