martes, 30 de enero de 2024

ENERO: DIARIO DE PAZ

 





A mis niños y niñas de Fomento de la Lectura, les late la Paz dentro de la cajita del corazón.

Este mes de Enero, lo dedicamos a dejarnos envolver por lecturas que nos abrigaron de la desesperanza y la falta de concordia en un mundo que va perdiendo la humanidad a jirones.

Trabajamos la Paz sobre un total de nueve lecturas que merecen un rinconcito especial en nuestra Biblioteca y en nuestro corazón.

El regalo de tío Oso (nos lo contó de manera divertida Beatriz Montero en su canal de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=GIYzM13ar8c  Se trata de un precioso cuento coreano sobre el regalo especial de la amistad.



Wangari y los árboles de la Paz, una historia real escrita por Jeanette Winter que encotraréis en la editorial Ekaré. A través de este cuento, conocimos un poquito más a una de las mujeres que más nos gusta recordar en clase, a la ecologista y Premio Nobel de la Paz en 2004, Wangari Muta Maathai. Aprendimos con su historia que para que la Paz conquiste nuestro mundo, hemos de cuidar la naturaleza, la casa d la Madre Tierra, ponerla bonita y habitable. Esto no es nada fácil, pero es posible conseguirlo con la voluntad y el esfuerzo de todos. Juntos somos más fuertes.

¿A qué sabe la luna? , un texto de Michael Grejniec publicado por Kalandraka. Se trata de un tierno cuento sobre unos animalitos que suman sus esfuerzos para intentar probar el sabor de la luna. Una luna juguetona, que se acerca y se aleja a su antojo y que al final, no sabemos si queriendo o sin querer, se deja probar por el pequeño ratoncito que ofrece a todos un mordisquito del pedacito que ha conseguido arrancar a la luna. ¿A que cuando compartimos, todo  nos sabe más rico?

Donde late el corazón, una historia de Satoe Tone editada por Planeta, que nos cuenta las aventuras de unos tiernos gatitos, a los que nosotros bautizamos como Negro y Blanca, en honor a su color. Negro quiere conseguir todas las luces que se reflejan en el agua para impresionar a Blanca. Tiene que aceptar que es imposible. Blanca lo hace mirar hacia arriba. Allí están las luces que tan esquivas se mostraban en el agua. Todos y cada uno de nosotros tenemos una o varias estrellas en el cielo, sólo hay que saber mirar con los ojos del corazón y dejar que nos conecten unos a otros con sus hilos invisibles.

¡Yo, pimero! Escrito por Helen Lester editado por Planeta. Nos cuenta la historia de Pinkerton, un cerdito arrogante y prepotente que quiere ser el primero en todo, sin importarle a quien se lleve por delante. Hasta que un día conoce a un pequeño y extraño ser con una verruga en la nariz y pelos en los pies que consigue reconducir su actitud. Pinkerton comprende que no ser el primero siempre tampoco es el fin del mundo y que respetar el espacio del otro es fundamental para una convivencia pacífica y plena.

La bibliotecaria de Basora escrita por Jeanette Winter en la editorial Juventud. Nos cuenta la historia real de Alia Muhammad Baker, bibliotecaria de la ciudad de Basora durante la ocupación de Irak. Su biblioteca era la casa a la que todos iban para pasar ratos agradables en compañía de los libros. Alia, con ayuda de algunos amigos y vecinos,  salvó sus queridos libros de la destrucción de la guerra. Las bibliotecas y los libros son un puente que nos une a la vida y la amistad , por muy difíciles que sean los tiempos que nos toque vivir. Cuentan que en el Corán se refleja que lo primero que Alá le dijo a Mahoma fue: “Lee”.

La pequeña intolerancia escrito por Mar Pavón y editado por Tramuntana. Esa pequeña intolerancia, del tamaño de una mosca, persigue a toda costa, instalarnos en el odio, cosa que es demasiado fácil en el mundo en el que vivimos. Por eso es necesario conocer las pequeñas intolerancias que nos asedian cada día, para evitar caer en la negrura de una vida que no respeta a quienes tenemos al lado. Los niños decían que esto no era un cuento, que era la vida real.

De la pluma de Susana Gómez Redondo y de la editorial Takatuka recibimos El día que Saída llegó para buscar con ella las palabras mágicas que nos permitieran entendernos aun siendo diferentes. Decidimos con ella y con su amiga tirar por la borda para siempre la palabra FRONTERA.

Imagine, un cuento publicado por la editorial Flanboyant llenos de imágenes deliciosas que ilustran con detalle las palabras escritas por John Lenon en la canción del mismo nombre. Decidimos que, definitivamente, tenemos que seguir soñando sin descanso un mundo en PAZ.

También hubo tiempo para nuestro Taller de Escritura Creativa. Esta vez, mis grumetas aprendices de escritoras escribieron unos acrósticos que son una maravilla a partir de la expresión “LA PAZ”.

Silvia Mocholí Utrera escribió:

La vida es como un libro y el nuestro lo leería mil veces.

Ama a alguien que te de seguridad y confianza.

 

Para aliviar todo el dolor que me embarga, te necesito a ti.

Amor, has sido mi prioridad y siempre lo serás, aunque me duela, te tengo que soltar.

Zarparía contigo lejos de aquí, en un barco que nadie pueda seguir.

 

Y Laura Cordero Núñez:

La niña vestida de rosa que escribe cuentos en prosa.

Aviones de colores llenan el cielo con mil sensaciones.

 

Palo palito, convierte la Paz en un tesorito.

Almendras, ¡hummmm!, cómo me gustaría tener algunas muestras.

Zapatillas con tambores despiertan nuestros corazones.

 

Ójala estas historias prendan en el corazón de cada uno de nosotros y seamos capaces de tener la valentía para defender nuestro derecho indiscutible a vivir en PAZ. Nosotros, por si llegaran momentos de desfallecimiento, nos guardamos en los bolsillos semillitas de PAZ, que sigue enviándonos con su recuerdo y ejemplo nuestra “Sembradora de Agua”, Wangari Maathai.

Mª José Vergel Vega

 

 


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