¡PAREMOS EL GENOCIDIO
EN PALESTINA!
Ayer, 20 de Enero, RESCOP ( Red Solidaria contra la Ocupación
de Palestina), convocó diversas movilizaciones en numerosos pueblos y ciudades
de todo el país.
Desde la Comisión 1º de Mayo de Torrejoncillo quisimos sumarnos
a esta importante convocatoria. Un grupito de personas nos reunimos a las 18:00
h en la Plaza Mayor de nuestro pueblo, con la intención de sumarnos al dolor
que siente el pueblo palestino, con quien se está cometiendo-vamos a llamar a
las cosas por su nombre- un genocidio terrible y despiadado a manos de Israel,
con el beneplácito de otros estados.
Me gustaría desde estas lineas lanzar una reflexión. Dentro
de unos días, saldremos a celebrar el Día Internacional de la Paz y la No
Violencia. Se montarán vistosas actividades en cada uno de los colegios e
institutos de nuestro entorno, nos volveremos locos dando likes a las miles de
publicaciones que circularán por internet, buscaremos como posesos canciones
para “¿celebrar? la Paz…Si nos quedamos
solo en eso, es que no entendemos ni por asomo, el significado de la palabra
PAZ.
No deberíamos permanecer insensibles ante la tremenda
atrocidad que se está cometiendo con Palestina. Las cifras son mareantes: más
de 23.000 personas asesinadas (más de 10.000 son niños), más de 8.000 personas
desaparecidas y dos millones de personas desplazadas de sus hogares; dos
millones de “sin tierra” vagando a nuestro alrededor como fantasmas.
Me causa una tremenda pena escribir esto. Desde mi punto de
vista, en el mundo hay conflictos de
primera y de segunda, ciudadanos de primera y fantasmas a los que volvemos
invisibles con nuestra indiferencia. Todas las guerras son igual de terribles,
absolutamente todas. Todas causan muerte, destrucción, dolor incurable,
miseria, deshumanización. En las guerras nadie gana, o nadie debería salir
ganando.
Nos duele Palestina. Por eso salimos ayer a manifestar
nuestra condena por esta guerra injusta en la que están muriendo tantos
inocentes, semejantes nuestros, no lo olvidemos.
Palestina es una madre que acoge a sus hijos sobre el dolor y
la ruina.
Palestina es la tierra de los sin tierra, los invisibles a
los ojos del mundo.
Palestina es la muerte que gime y escarba en nuestro corazón
de piedra.
Palestina es la patria de hombres, mujeres y niños que
reclaman su derecho a ese cachino de paraíso que todos merecemos en este mundo.
También el pueblo palestino.
Nosotros, que tenemos la suerte de estar vivos, tenemos la
obligación de contar la historia de Palestina tal y como es: terrible y
descarnada. A los palestinos se les está exterminando indiscriminadamente, como
si fueran alimañas y eso, en ningún lugar del mundo, deberíamos consentirlo.
Fuimos poquitos los que ayer acudimos a la llamada de RESCOP
y Comisión 1º de Mayo, para detener el genocidio en Palestina. Poquitos pero
con el corazón dispuesto a abrigar a tanta gente, semejantes nuestros vuelvo a
repetirlo, a los que la semilla del odio de dirigentes sin escrúpulos, asesinan
diariamente.
En el transcurso de la concentración se leyeron textos
desgarradores de autores y autoras palestinos. Algunos muertos por la sinrazón
de la guerra , cuyos textos se nos antojan
hoy oraciones que piden a gritos que desde esta parte privilegiada del
mundo, nosotros que tenemos patria y una vida digna, no los olvidemos.
El primero
de los textos que os dejamos, es obra de la escritora gazatí Heba Kamal Abu
Nada, asesinada en un bombardeo en Gaza. Escribió este poema la noche anterior
a su muerte.
La noche en la ciudad es oscura
Excepto por el brillo de los misiles;
Silenciosa,
excepto por el sonido del bombardeo;
Aterradora,
Excepto por la promesa tranquilizadora de la oración;
Negra,
Excepto por la luz de los mártires.
Buenas noches.
El segundo de los textos fue escrito por Refaat Alareer,
muerto en un bombardeo en Gaza junto a su familia el pasado 6 de Diciembre de
2023.
Si he de
morir,
debes vivir
para contar
mi historia,
para vender
mis cosas,
para comprar
un trozo de tela
y unas
cuerdas,
(hazla
blanca con una larga cola)
de manera
que un niño, en algún lugar de Gaza, mientras se refleja el cielo en sus ojos,
espera a su
padre, que partió en un fulgor—
y no se
despidió de nadie,
ni siquiera
de su carne,
ni siquiera
de sí mismo—
observa la
cometa, mi cometa que hiciste,
/volando
allá arriba
y piensa por
un momento que allí hay un ángel que restituye el amor.
Si debo
morir,
que traiga
esperanza,
que sea un
relato.
Nosotros que estamos vivos, seamos la voz de los muertos.
Cosamos cometas blancas para que sean ellas las que vuelen por el cielo de
Palestina en lugar de las bombas, cometas blancas con una gran cola de
esperanza. De nosotros depende que no se apague la luz de los mártires en esta
guerra injusta.
Ójala que un día nos reunamos para celebrar verdaderamente la
Paz y la Concordia entre los pueblos.
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